Un graznido lúgubre erizó las pieles
y encogió el último gesto;
del cristo que vuelve a ser asesinado,
en cada joven hecho añicos
por una reorganización innecesaria.
¡Hermano malgastado,
confuso, temeroso y abatido,
por una dictadura que te señala!
En un camino ebrio de sangre
te ahogaron entre gritos;
con la complicidad del que calla,
y con una voz...
que suena a blasfemia; negando.
Nadie silencio tus quejidos
cuando en los oscuros campos;
la ignorancia se ensañó contigo.
¡Levanta tu brazo americano
y señala al autor de la barbarie!
¡Señor! Que en paz descansen,
en la lenta erosión de alguna playa,
donde sus cuerpos quedaron abandonados.
del cristo que vuelve a ser asesinado,
en cada joven hecho añicos
por una reorganización innecesaria.
¡Hermano malgastado,
confuso, temeroso y abatido,
por una dictadura que te señala!
En un camino ebrio de sangre
te ahogaron entre gritos;
con la complicidad del que calla,
y con una voz...
que suena a blasfemia; negando.
Nadie silencio tus quejidos
cuando en los oscuros campos;
la ignorancia se ensañó contigo.
¡Levanta tu brazo americano
y señala al autor de la barbarie!
¡Señor! Que en paz descansen,
en la lenta erosión de alguna playa,
donde sus cuerpos quedaron abandonados.
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