Era una brújula sin norte
una miríada de hojas secas,
que el viento de otoño
arrastraba por las calles;
y solo tenía tu nombre
apretado entre mis labios.
una miríada de hojas secas,
que el viento de otoño
arrastraba por las calles;
y solo tenía tu nombre
apretado entre mis labios.
"Padre tu nombre nunca lo digo
y así... siento que no me faltas".
y así... siento que no me faltas".
0 comentarios:
Publicar un comentario