Amado hermano, que nunca descansas,
te arden las manos, te quema la sangre
hermano mudo, sumiso, encadenado,
a esta realidad que te asesina a cada paso.
te arden las manos, te quema la sangre
hermano mudo, sumiso, encadenado,
a esta realidad que te asesina a cada paso.
De tu boca crispada, mutilada, escapan suplicas
que vuelan y se esconden en el aire,
la tierra te recibe con los dientes apretados,
con sus ásperos dedos de arena y barro.
que vuelan y se esconden en el aire,
la tierra te recibe con los dientes apretados,
con sus ásperos dedos de arena y barro.
Lentamente te van matando, como antes,
te han abierto surcos sanguinarios en la carne
se te niega el alimento, también los hospitales
y al final de cada dia tus sueños son asesinados.
te han abierto surcos sanguinarios en la carne
se te niega el alimento, también los hospitales
y al final de cada dia tus sueños son asesinados.
Alguna vez tu mirada se había iluminado
cuando dentro del vientre de tu madre,
no necesitabas el calor, tampoco el aire,
ni siquiera ese pan que ahora te es negado.
cuando dentro del vientre de tu madre,
no necesitabas el calor, tampoco el aire,
ni siquiera ese pan que ahora te es negado.
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