Soliloquio profano
Publicadas por
XONHYA
, at 7:46:00 p. m., in
Tantos colectivos partieron sin llevarme, tantos pasaron raudos a mi lado,
sobre mi desolado cuarto,
donde no descanso; donde sigo prisionera
desde que comenzó el mundo
predicando mis dudas, acunando mi quebranto,
peregrinando entre mis hermanos,
que se desesperan entre siluetas borrosas.
¿También tú Señor, peregrinas entre sollozos desde el fondo de los tiempos?
Señor...,aquí nos calcinamos desde la madrugada,
cuando las sombras ocultan sus pálidos rostros,
y los hombres esconden sus húmedos deseos,
abrumados por este sol,al que no pueden mirar de frente.
Entre puentes dormidos he gastado mi ropa,
me aferré al viento y volé hacia ti;
tratando de interrogarte con mi voz imprecisa.
Por aquí... en mi cuarto, mi conciencia me sentencia,
no tengo un cielo, y aprieto las estrellas,
que se hacen añicos en el brillo de una lágrima. Araño mis ventanas, me embiste el desaliento,
contemplo... mutilando sentimientos,
los huérfanos, los pordioseros sin techo;
y frente a mis ojos, Jesús no respira, se debilita.
¡Creo que estoy divagando!
Ahora dudo de todas las palabras;
...:Ante ti Jesús...,mi fe se deshilvana,mi piel tiene el color de la lluvia milenaria,
y tu presencia Jesús, llena este cuerpo abandonado.
¡Es tarde Señor!
Te llevaste el sol; que te sacaba de la bruma,
que se dispersaba entre mil espejos.
Mi cristo desgarrado, se contorsiona
y porque sé...,que los milagros nunca se repiten,caigo rodando en la noche consumada después de haber subido al cielo, para interrogarte.
¡Mi corazón está muy viejo!
Y no va a sobrevivir entre tantos desastres;
¡Señor, no permitas que mi voz,
siga sonando a blasfemia en tus oídos!
¡Porque cada día, minuto a minuto;
Un cristo anónimo vuelve a ser asesinado!
¡Deja por favor, que todos los maderos
se incendien en el asfalto,
para que nunca más volvamos a usarlos!
En esta ciudad, Jesús, somos dos extraños;
dame un puñado de sombras para seguir viviendo,
y perdóname, no sé consolarte
yo estoy sin nadie para mi cansancio.